El pasado 1 de abril entró en vigor la nueva Ley de Patentes en España (Ley 24/2015, de 24 de julio); la modificación definitiva de la Ley 11/1986, de 20 de marzo, que nos ha acompañado durante más de tres décadas. El objetivo del cambio de normativa es modernizar la legislación, adaptarla al contexto actual y al ámbito internacional, erradicar la dispersión normativa que afectaba al trámite de las patentes, modelos de utilidad y certificados complementarios de protección (CCPs), además de reducir y agilizar la carga administrativa. Con esta nueva Ley de Patentes se pretende, además, ofrecer un sistema de concesión con el que obtener títulos sólidos a invenciones de calidad y por ello, una mayor seguridad jurídica. Desde el sector del IP se espera que la nueva Ley se convierta en una oportunidad para impulsar una mayor conciencia sobre la importancia de proteger los resultados de la investigación y la innovación mediante los registros de propiedad industrial. La normativa trae consigo una serie de cambios interesantes con respecto a la anterior que simplifica los procedimientos y que merece la pena detenerse a comparar. Destacamos nueve puntos clave en la nueva Ley de Patentes.