La globalización y la digitalización están modificando las dinámicas económicas y sociales, haciendo que la transferencia de conocimiento y tecnología se posicione como la herramienta clave para impulsar la innovación. Conseguir que los proyectos de investigación y desarrollos tecnológicos se materialicen y puedan tener un impacto real es fundamental.
La transferencia de conocimiento y tecnología es un proceso de colaboración multidireccional donde los centros de generación de conocimiento, expertos y científicos incrementan el valor de sus investigaciones materializando su aplicación práctica, y las empresas obtienen una fuente importante de tecnologías innovadoras para mejorar su competitividad.
Si analizamos algunos datos, en España, el 25% de las empresas colaboran directamente con Universidades en actividades de innovación y transferencia de tecnología, el 30% de los fondos públicos en Universidades de España son destinados a investigación y desarrollo, y el incremento del retorno económico de la transferencia de tecnología en España, respecto a 2023, ha sido de un 7%. Todo esto confirma que la transferencia de conocimiento y tecnología permite que se consolide un ecosistema de innovación robusto y competitivo en nuestro país.
Para conseguir resultados, proteger y fomentar los activos de Propiedad Industrial (IP) resultantes de la investigación es determinante diseñar una estrategia global de IP que asegure los derechos de explotación y salvaguarde su valor económico y social.
Identificando la Propiedad Industrial como la palanca que asegura que los derechos de explotación lleguen al mercado, distinguimos cinco etapas que nos ayudan a reconocer los activos de IP resultantes de la investigación, desde el inicio hasta su puesta y explotación en el mercado.
- Identificación y evaluación tecnológica.
- Protección del conocimiento científico.
- Valorización de la I+D+I.
- Promoción tecnológica y detección de la demanda.
- Negociación tecnológica y firma de acuerdos.
El diseño de una sólida estrategia de gestión y protección de activos tiene múltiples beneficios ya que la Propiedad Industrial permite transformar el conocimiento en resultados, la IP permite innovar. El fomento de la innovación y la creatividad, la protección frente a la competencia desleal o la generación de valor económico para inversores, son algunas de las ventajas competitivas de integrar una estrategia de Propiedad Industrial en un proyecto de transferencia de conocimiento y tecnología.
En conclusión, es evidente que, sin una adecuada estrategia de Propiedad Industrial, la transferencia de tecnología podría verse limitada, lo que afectaría negativamente a la competitividad de las empresas y el desarrollo económico del país.