El último informe “World Intangible Investment Highlights 2025” de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO) confirma un cambio estructural en la economía mundial: desde 2008, la inversión en activos intangibles —como el software, la I+D, las marcas o los datos— ha crecido casi 4 veces más rápido que la inversión en activos físicos. Estados Unidos lidera en términos absolutos, Suecia encabeza la intensidad relativa y la India marca el mayor ritmo de crecimiento. Un impulso global que consolida el papel de los intangibles como eje del crecimiento económico, la productividad y la competitividad internacional.

Evidencias clave de un cambio estructural
El informe de WIPO destaca que la inversión en activos intangibles no solo ha superado con creces el crecimiento del capital físico, sino que ha logrado amortiguar los efectos del contexto económico adverso. Entre 2020 y 2024, el aumento del 12% de la inversión en los países analizados se explica casi en su totalidad por la expansión del capital intangible (23%), frente al estancamiento del tangible. Esta tendencia ha elevado el peso de los intangibles en el PIB mundial, que pasó del 10% en 1995 al 13,6% en 2024, superando ampliamente el de los tangibles (11%).

A nivel de países, el liderazgo es compartido. Estados Unidos continúa siendo el principal inversor mundial en activos intangibles -más de 4,7 billones de dólares en 2024-, mientras que Suecia encabeza el ranking en términos de inversión relativa sobre el PIB (16%). Por su parte, India destaca como la economía con mayor crecimiento anual en este tipo de activos, con una media cercana al 7% entre 2011 y 2022.
Entre los activos intangibles más dinámicos se sitúan el software y las bases de datos, estrechamente ligados al auge de la inteligencia artificial, seguidos por la I+D, las marcas y el diseño. El capital organizativo —que incluye el know-how interno y las capacidades de gestión— representa ya el 30% del total invertido en intangibles a escala global. Esta composición refleja cómo la transformación digital, la automatización y la IA están remodelando los modelos de inversión, incluso en sectores tradicionales.
El informe también subraya que las inversiones impulsadas por la inteligencia artificial están redefiniendo el equilibrio entre lo tangible y lo intangible. Mientras las grandes tecnológicas norteamericanas lideran en infraestructura física, sectores como salud, educación o industria avanzan hacia una reconfiguración profunda basada en software, datos, talento y organización.
Los datos del informe WIPO 2025 consolidan una conclusión clara: los activos intangibles no son solo un complemento del capital físico, sino el nuevo motor del crecimiento económico. En este contexto, una proactiva gestión de la propiedad industrial derivada de esos activos intangibles emerge como una obligación estratégica.
Así, en un mundo donde la inversión en estos activos seguirá creciendo según apunta el informe, las organizaciones que apuesten por una estrategia sólida en protección de activos intangibles como palanca de crecimiento estarán mejor preparadas para capitalizar y transferir sus inversiones en innovación, así como para evitar riesgos de infracción por terceros fortaleciendo su liderazgo en sectores cada vez más competitivos. Por ello, contar con una estrategia de propiedad industrial bien diseñada es hoy una verdadera exigencia para cualquier organización que aspire a ser competitiva en un mercado global.